Aquel signo, ese pequeño rayón arriba de varias palabras, una causa de los rayones rojos que aplica Word y el Google Chrome. Hoy nos toca mencionar al acento (´) para darnos cuenta de lo funcional que es realmente este insignificante recurso. En primera, debemos reconocer qué es el acento realmente.
El acento es el tono con el que se pronuncia una palabra para dirigirla a una dirección del entendimiento. Osea, es la tonalidad de cada palabra para dar a entender algo y también para que suene bonito. El acento es la parte fuerte de cada palabra, llamada sílaba tónica.
La sílaba tónica puede ser reconocido si separamos una palabra en sílabas.
Quejoso.
Que-jo-so.
La sílaba jo es la tónica por el simple hecho de sonar más fuerte que las otras. ¿Lo detectan?
Los acentos tienen tres clases, las cuales son las de la siguiente imagen.
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Las palabras graves suenan fuerte en la penúltima silaba. Si hacemos memoria nos daremos cuenta de que hay más palabras graves que agudas y esdrújulas.
Las ultimas mencionadas anteriormente son los que suenan con la tónica en la antepenúltima silaba. La mismas palabras esdrújula y antepenúltima son de esta clase.
Ya que reconocemos las palabras por su acentuación, vamos a analizar -o ver, checar, aprender; como ustedes quieran decirle- cuando se les pone el tan mencionado tilde; verán lo sencillo que es. Cabe aclarar que solo se acentúan las vocales.
Agudas.
Simple de saber. Si la palabra termina con n, s o vocal, se acentúa.
Co-me-lón
A-ni-mó
El verbo correr no se acentúa por terminar en r.
Grave.
Si la palabra termina como sea menos con n, s o vocal, no se acentúa.
Sán-chez
Dé-bil
Esdrújula.
Siempre se acentúa.
A-rán-da-no
Á-ni-mo
Hay otra clase de palabras, llamadas sobresdrújulas y son los que se asentúan antes de la antepenúltima silaba. Estos se acentúan siempre y cuando no estén compuestos con el sufijo mente, al menos de que la palabra se acentúe por sí solo.
Pa-to-ló-gi-ca-men-te.
Tran-qui-la-men-te.
Continuará.
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